21 de junio de 2012

No Música = No hay Vida

Pues hoy celebramos a nivel internacional el Día Internacional de la Música, fiesta que los franceses comenzaron a impulsar y por lo que debemos estar muy agradecidos. Por evidentes motivos, mi vida sin música no tendría mucho sentido.

La música me transporta, me calma, me relaja, me hace llorar (de alegría o de tristeza). Bien decía Tchaikovsky que " En verdad, si no fuera por la música, habría más razones para volverse loco". No importa el género musical que uno disfrute, lo importante de la música es que nos permite ser más felices, sentir emociones y disfrutar del silencio. Es tan poderosa que puede definir el silencio y cambiarlo. Es así de mágica.  La música nos permite estar en contacto con nuestros sentimientos y recuerdos más maravillosos.

Recientemente estaba viendo el final de una conocida serie de televisión, donde una de las artistas secundarias enfrentaba su etapa terminal de cáncer preparando su último día de vida. Parece algo ilógico ya que nunca sabemos como será nuestro día final, pero ella sabía lo que quería escuchar al momento de dejar éste mundo. Me llamó poderosamente la atención, porque era una melodía "simple", llana, sin gracia... pero para ella era enigmática, le recordaba cada uno de los bellos y tristes momentos que hicieron que su vida valiera la pena. Al ver esto no pude evitar, imaginar un momento así. Para un melómano como yo, que podría decir  que tiene muchas canciones y obras favoritas,  era todo un reto. Desde ese momento no dejo de pensar en como quiero visualizar ese momento.

Por tanto me dí a la tarea de identificar como quisiera ese momento, pero me dí cuenta de que no era suficiente. Por lo tanto al mejor estilo de una película he estado tratando de construir el soundtrack de la película de mi vida. Para desarrollar ésta tarea, estaré publicando una reseña por semana, pero lo más interesante es que descubrí de nuevo lo que disfruto de estar sentado frente a la montaña o en mi cuarto, escuchando lo que la música tiene que decir sobre las cosas que día a día vivo.

Me hizo recordar lo que Barenboim denominó vivir para que valga la pena, aquello de vivir con "transparencia, potencia y fuerza" tres adjetivos vinculados al talento musical pero sobre todo para la vida.  Esas tres palabras resuenan en la melodía de mi canción porque espero poder tener una vida transparente (no asumiendo que no me voy a equivocar) siendo consecuente con lo que creo, una vida con la suficiente potencia para defender lo que creo y con la fuerza para que las cosas se hagan posibles. En resumen aspiro a vivir plenamente la sinfonía que es éste camino.

La música me dio la disciplina para aceptar el reto, me forjó el carácter para enfrentar las vicisitudes del camino, me ha permitido ir más allá de los sueños, encontrar personas maravillosas que son parte de mi vida y a disfrutar que lo "simple" puede ser maravillosamente pleno e intenso.

Así que celebremos, escuchemos la melodía de nuestra existencia, y emprendamos la aventura de dejarnos ir en medio de la fuga y el misterio. Feliz día de la música. Sin música no hay vida.