26 de julio de 2013

Usemos la música par ser felices

Usemos la Música Para Ser Felices.
Jorge Rodríguez Vives. Violinista Orquesta Filarmónica de Costa Rica. 


¿Qué tienen en común Pavarotti, Bocelli, Malpaís, Gaviota, La Sonora Santanera, El Consorcio, The Beatles, Armando Manzanero, Kurt Dyer, Eduardo Quesada y la música en el cine? Pues que además de que interpretan música maravillosa, el común denominador es que han sido parte del grupo de artistas que la Filarmónica ha traído al país en sus 10 años de historia.

En 2003 cuando la Filarmónica se presentó junto a Manzanero muchos pensaron que era imposible que una orquesta en Costa Rica pudiera dedicarse a algo más allá del repertorio clásico, otros con mala fe dijeron no es posible mezclar la música culta con la música popular. Sin embargo ese fue el origen de lo que hoy 10 años después ha sido una de las aventuras de la industria creativa y cultural más importantes de nuestro país.

La Filarmónica, una orquesta joven que cumple su primera década, ha sido un espacio para que los más afamados artistas internacionales pudiera tener una experiencia de tocar con 70 músicos en vivo, con arreglos hechos para estrenar ante el público costarricense y que se ha ido construyendo una colección de ésta experiencia en los discos que se han grabado. Recientemente ha sido muy interesante ver como ésta orquesta le ha dado paso al talento nacional con cantantes maravillosos que han hecho de los espectáculos algo memorable.

Una orquesta que ha tenido una filosofía de llevar una nueva experiencia a un público exigente y demandante, una serie de espectáculos musicales atrevidos, provocadores y diferentes con una finalidad, usar la música para ser felices como señala el Maestro Marvin Araya en cada concierto.

¿Es importante que una orquesta tenga una filosofía hoy en día? Por supuesto, es muy necesario, es la única forma en que cada nota que tocamos y cada letra que se interpreta tenga un sentido, un legado y un impacto. El que podamos como músicos ayudar al costarricense a estar más feliz es un privilegio que nunca podremos agradecer lo suficiente, ya que el público nos alienta a siempre dar lo mejor de nosotros.

Para quienes estamos en las artes el convivir con el público es algo hermoso, pero lo que cada uno de nosotros los setenta músicos de la filarmónica vivimos al escuchar sus aplausos, al verlos bailar, al cantar las letras de las canciones o sorprenderse con las imágenes es realmente maravilloso.  Gracias a ese público por estar con la Filarmónica en estos 10 años, gracias a Marvin por su visión y la oportunidad que nos ha dado a muchos de aprender con él a usar la música para ser felices.  Gracias a quienes nos escuchan porque hacen que la vida tenga sentido. Que sean muchos años más para que ésta orquesta siga creciendo y el sonido tenga suficiente fuerza para quedar en los corazones de quienes disfrutamos de ésta orquesta que es de todos.