Era el día que mi abuela más disfrutaba en el año. Ella disfrutaba de poder compartir en familia y celebrar esa paz y ese amor. Hoy a 7 años de su partida su espíritu me acompaña y me motivó a escribir éstas líneas.
Desde hace un par de años la fecha tomó una especial connotación para mí, porque me pone muy sentimental. Muchos amigos se preocupan porque los dos últimos años he decidido pasarlo solo en mi apartamento. Los entiendo, no soy alguien muy dado a disfrutar de la soledad, pero en la noche de navidad siento que me hace bien. Me permite disfrutar de lo que es verdaderamente significativo, el dar gracias por lo que tenemos, por las buenas experiencias y logros del año, pero también por las lecciones aprendidas en los momentos más tristes y caóticos. Si, creo que es un momento donde vale la pena estar en conexión con esa "paz" que anda por doquier.
Los últimos años para mí han sido difíciles, pero he logrado encontrar una paz que no encontré durante mis mejores momentos. Una paz que me permite darle gracias a la vida por todo lo que me ha permitido vivir, por todo lo que me ha enseñado y donde le hago saber que quiero seguir aprendiendo. Tengo este 2013 la alegría de reencontrar a mi familia y compartir momentos con ellos. Tengo la dicha de tener una familia afectiva maravillosa, que está en las buenas y en las peores, con quienes he coleccionado risas y llanto, pero sobre todo experiencias únicas, como decía hace algunos post atrás creo que finalmente encontré al grupo de personas con las que quiero pasar el resto de mi vida, porque aceptan como soy, porque me ayudan a crecer y sobre todo iluminan mi camino.
Por primera vez en muchos años, lo material dejó de preocuparme... por primera vez puedo decir que he tenido una navidad llena de alegría, espiritualidad, amor y luz... es la primera vez que encontré lo que quería para cada uno de mis allegados, no pensando en su valor si no en su significado...
Si es tiempo de paz, es tiempo de disfrutar de las conversaciones cuando podemos tenerlas, de comentar lo que leemos, dejarnos llevar por las artes y conectarnos con quienes queremos de formas diversas. Hoy mientras visitaba a un buen amigo, ese amigo me decía que bonito poder conversar con alguien sobre libros, sobre música, sobre cine... me di cuenta que soy muy afortunado porque tengo una familia con la que puedo hacer todo eso. Me di cuenta que a pesar de que podemos estar "solos" físicamente, las conexiones que hemos creado no importa donde estemos siempre nos acompañan.
Gracias a quienes me han aceptado en sus vidas, a quienes me han abierto la puerta de su casa y de su corazón. Con cada conversación, con cada risa, con cada regaño, con cada lágrima, han marcado mi camino y han mejorado la travesía de la vida!
Que la luz, el amor y la felicidad abunden en sus corazones. Gracias por ser parte de mi vida!
