15 de enero de 2016

Tres preocupaciones que me heredó el 2015



Tres preocupaciones que me heredó el 2015. 
Jorge Rodríguez Vives. Consultor Internacional. 

He visto como pasan algunas cosas en el país que me hacen sentir que lo estamos perdiendo, y de eso somos responsables todos. Costa Rica fue forjada por labriegos sencillos que nunca dejaron de pensar en grande. Fueron esos "campesinos" los que dieron sentido al país que tenemos. 

Primera Preocupación. Desde el año anterior cuando salió la película "Michael Jordan de Viaje Perdido" ando con una incomodidad grande, que no había externado. La película me pareció desagradable por la mofa que se hace del campesino costarricense como tonto, incapaz al que todo le sale de chiripa o regalado. Eso no concuerda con los valores que desde siempre han existido en la sociedad tica. Me pareció que se enaltecía un estigma que poco ayuda a la consolidación de una verdadera identidad nacional. Aún más sorprendente que se convirtiera en la película tica más vista en la historia, gracias al apoyo de un medio de comunicación nacional. 

¿Será que dejamos de tener personajes emblemáticos? Ejemplos de ticos valientes tenemos cada día en los emprendedores que mantienen vivas sus ideas, en los logros de Franklin Chang, Claudia y Silvia Poll, los chicos de los colegios que van y ganan olimpiadas de biología, matemática y física a nivel iberoamericano, ejemplo positivo de lucha continua como Leo Chacón, Lobito Fonseca o los músicos Fernando Ulibarri y Raúl Gómez con sus destacadas carreras en Estados Unidos. 

Segunda Preocupación. Llegamos a Diciembre del año pasado y la transmisión de las fiestas populares se convierten en el circo donde ponen a dos campesinos como tontos en su afán por llegar a la ciudad. Esa Costa Rica del huellón de la Carreta, dejó de existir hace rato. Hoy estamos en una Costa Rica que lidera el motor de plasma, que lideró las negociaciones de cambio climático, un país que exporta talentosos periodistas a las cadenas de medios más importantes del globo, tenemos un país que gana competencias gastronómicas, que desarrolla la realidad virtual y que culturalmente tiene un legado vital para el mundo. 

No es posible, que con el afán de entretener a éstas alturas de la vida en sociedad, los "humoristas" y medios de comunicación sigan explotando esa imagen peyorativa de las bases de nuestra sociedad. No es posible que sigan con los "chistes" sexistas y homofóbicos que lastiman a colectivos importantes de la sociedad costarricense. Ya es hora de que la comunicación sea más inclusiva y mucho más propositiva. Es hora de vincular a gente artista que le genere valor a la propuesta de la transmisión. 

Tercera Preocupación. La gran preocupación de los políticos y del sistema político es el poco interés que genera la política en la ciudadanía, sus concepciones negativas y lo corrupto que puede ser el sistema. Me resulta muy simpático ver a muchos políticos diciendo en sus redes que esos temas deben ser atendidos pero no dan el ejemplo. 

Diferencias o satisfacción con el Gobierno todos tenemos. Sin embargo es irónico, molesto y falto a la seriedad ver a exministros despotricar un día si y otro también contra cualquier cosa que haga o no haga el Gobierno. Para poder hablar el legado propio en su gestión debe tener respaldo en sí mismo, por lo que causa atención en mí las críticas permanentes que algunos hacen infundadamente, con el único afán de causar ruido y desconfianza, y de protagonizar una nueva faceta de sus vidas en las que son expertos en absolutamente todo. 

Lo que se deba criticar para mejorar que se haga, pero no se vale boicotear una situación para causar presión innecesaria. Si hay que aconsejar que se aconseje, el país es una mismo a todos nos va bien o mal en conjunto, no es un bando de buenos y otro de malos. Los aportes que se hagan que sean para construir, no nos olvidemos de cuando estaban en las posiciones de toma de decisión y sus quejas eran el acoso, la mala intensión y la poca objetividad... por tanto no pequen de lo mismo que se quejaron, dense la oportunidad de mejorar la democracia y la calidad del debate público. 

Las tres cosas que comento, me parecen igual de graves, vienen momentos aciagos para el país y además minan los intentos de generar una sociedad propositiva con identidad y orgullosa de saber de dónde viene y visionaria para saber para dónde va.