15 de octubre de 2010

Transparencia, Potencia y Fuerza: Los Pilares del Liderazgo Efectivo

Transparencia, Potencia y Fuerza: Los Pilares del Liderazgo Efectivo.

Discurso pronunciado en la Graduación de la Primera Generación del Programa Nuevos Liderazgos para la Democracia.

14 de Octubre 2010. Salón Dorado. Museo de Arte Costarricense.

Señora Mayi Antillón, Ministra de Economía, Industria y Comercio.

Señor Manuel Obregón, Ministro de Cultura y Juventud.

Señor Patricio Zuquilanda Duque, Representante de la OEA en Costa Rica.

Señor Carlos Rivera, Presidente del Centro de Estudios Democráticos de América Latina.

Participantes del Programa Nuevos Liderazgos para la Democracia, Primera Generación.

Amigos y Amigas:

Nos encontramos hoy reunidos para dar fin a un proceso que comenzó hace varios meses atrás. Aún recuerdo los comentarios que me hicieron muchos de ustedes cuando les dije, mira vamos a hacer un proceso formativo para jóvenes presenta la postulación creo que sería interesante… las caras de sorpresa que vimos durante el taller de selección y de incertidumbre para llegar a La Catalina para el primer taller.

Hoy todos los que estamos acá, tenemos una particularidad que nos une, bien la indicaba Roberto Gallardo ese viernes del primer día de trabajo, “somos raros, diferentes” y que razón tenía Roberto. Nos tomamos más de 100 horas para pensar, para aprender, para construir, para darnos la oportunidad de conocer gente que no conocíamos, nos dimos la oportunidad de buscar puntos de interés comunes por los cuales luchar. Creamos un vínculo afectivo en medio de rally´s charlas y temáticas como parlamento, gobierno local y resolución alterna de conflictos. ¿Verdad que suena raro que un grupo de jóvenes se tome el tiempo para eso? Pues es la realidad de este grupo que conforma la primera generación de los Nuevos Liderazgos para la Democracia.

El nombre de este programa dice nuestro objetivo al crearlo, gente que quiera mejorar la democracia en la que vivimos, jóvenes que están dispuestos a sacar lo mejor de sí para ponerlo al servicio de la comunidad y su entorno. Nuevos liderazgos con nuevas ideas y que sea fiel a los principios y valores que han manifestado en distintos momentos. Nuevas formas de pensamiento que están para seguir un camino que otros grandes líderes han forjado y del que somos dignos herederos.

Decía Goethe que “El hombre más feliz del mundo es aquel que sabe reconocer los méritos de los demás y se alegra del bien ajeno como si fuera propio” Hoy somos muchos los que estamos felices por el logro que ustedes amigos y amigas de Nuevos Liderazgos, concretan. Es un mérito de reconocer lo que han recorrido hasta ahora y sepan que todo el equipo de facilitadores estamos felices junto a ustedes, que CEDAL les apoya y que hoy están acá sus familias y amigos que también celebran junto a ustedes por atreverse a ser diferentes.

Ahora bien, lo que han hecho implica también una enorme responsabilidad. La responsabilidad de hacer que la semilla cultivada en ustedes de fruto y se expanda. Estamos en un camino complicado, lleno de pruebas, de críticas injustificadas, de chismes, de deslealtades. Ese es el panorama que tenemos y es ese futuro tenue el que debemos cambiar juntos cimentando nuestros ideales y valores a cada acción que desarrollemos.

Un buen consejo sobre esa visión tan clara que no podemos permitirnos olvidar, nos la brinda el maestro Daniel Barenboim cuando dice: “hemos visto que la idea de la música podría representar un modelo para la sociedad; la música nos enseña la importancia de la interrelación entre transparencia, potencia y fuerza. El flujo inevitable de la música significa movimiento constante, desarrollo, cambio y transformación. Nada se mantiene quieto… en la vida el ser humano o solo tiende a querer deshacerse de lo desagradable o lo negativo en cuanto puede, sino también aferrarse con mayor solidez a lo agradable y lo positivo…”

Transparencia, potencia y fuerza. Tres palabras que posiblemente cambiaron mi vida cuando leía Barenboim. La transparencia no vista “por lo que dirán otros” sino con nosotros mismos, de ser consecuentes entre lo que defendemos y hacemos. La transparencia de ser fieles a nosotros mismos, posiblemente esto es lo que más cuesta. Una transparencia para decir lo que queremos y provocar cambios sin dobles agendas. Una transparencia que con lealtad es vital para ejercer con dignidad y tranquilidad el liderazgo que cada uno de nosotros tiene, lealtad para trabajar en equipo y crear confianza, lealtad para no caer en el absurdo común de nuestro país de serruchar el piso, lealtad para no caer ante burdas tentaciones y sobre todo transparencia- lealtad para reconocer las consecuencias de nuestros actos y de nuestras inacciones. Transparencia y lealtad para dejarse caer desde las alturas en los brazos de sus compañeros, como lo vivimos en el último taller.

Potencia para saber realmente impactar en la mejora de la democracia. Potencia al aplicar los talentos que nos han dado y ponerlos al servicio de nuestra sociedad y nuestro país. Potencia para identificar espacios en lo que podamos influir para así mejorar el entorno, ayudar al que lo necesita y crecer por el aporte que estamos dando. En definitiva potencia, como la entendía Aristóteles, de ser en individuo receptor de energías que potencian el cambio, en otras palabras, no tener miedo de asumir el rol que la historia nos pide que juguemos.

Fuerza, un elemento que vinculamos al ímpetu. En nuestro caso la fuerza debemos entenderla como esa sensación que quema y nos mueve a hacer las cosas porque son correctas. La fuerza que nos motiva a luchar y seguir adelante a pesar de tener los ojos vendados, de estar inmóviles por un veneno o simplemente algún obstáculo que se presente frente al camino que hemos emprendido. Fuerza para reflexionar y evaluarnos. Fuerza para aceptar que se vale echarle la culpa al otro si estamos en un equipo, ya que en equipo la culpa es NUESTRA. Fuerza para guiar, para construir y para soportar las críticas dañinas que tendremos al ejercer el liderazgo. Fuerza para ser valientes y no tener miedo.

Tres palabras transparencia, potencia y fuerza. Parecen adecuadas estas palabras para sembrar hoy acá en este acto de clausura, para verlas germinar en el tiempo. Estamos hoy frente un tiempo de esperanza, 19 valientes quieren seguir aportando como lo han hecho en el pasado otros jóvenes. Un tiempo de esperanza donde la responsabilidad social individual de cada uno de nosotros es el factor de cambio y la voluntad de medir el progreso no solo esté dado a partir de manifestaciones económicas, sino en llevarles una sonrisa a los niños y adultos mayores, a nuestras mujeres jefas de hogar, todo en un marco de absoluto compromiso. Esa es la democracia y la sociedad que queremos.

No puedo omitir, agradecerle a CEDAL en las manos de Carlos Rivera y Manuel Carballo, que confiaron en este su servidor para echar a andar ésta aventura. A los compañeros que conformamos el equipo de facilitadores, por atreverse a la aventura y por la oportunidad que me dieron de trabajar con ustedes que tanto me enseñaron, Gracias Edder, Vero, Erick, Luis, Manuel, Cata e Ibis. Gracias equipo porque conformamos un grupo de trabajo que apenas da sus primeros logros. A cada uno de los participantes que se dieron el chance estar en este programa, ya que implicó horas de trabajo, poco descanso en las sesiones, mucha concentración y empeño en salir adelante; gracias por confiar en que el trabajo que les propusimos era adecuado y por aceptar el reto de ser líderes en un contexto social que fomenta ser uno más del montón. De nuevo el camino recién inicia pero la aventura de pensar y de aportar es más gratificante y cada uno de ustedes tiene la pasta para seguir siempre la ruta que han iniciado.

Este programa no hubiera podido ser tan fructífero sin el grupo de especialistas que donaron horas y conocimiento para compartirlo con los muchachos y muchachas. Gracias Manuel Obregón, Alfonso Chase, Roberto Gallardo, Sergio Alfaro, Luis Barrantes, Mario Redondo, Leonardo Garnier, Cinthya Zapata, Maricruz Goñi, Don Humberto Morales, Adrián Chinchilla, Raúl Barboza y Jairo Vargas. Con sus aportes llenaron de ideas y de planteamientos diversos a este programa, lo fortalecieron logrando que los participantes en muchos casos ampliaran su visión de la sociedad que tenemos.

Termino citando a Robert Kennedy, cuando decía “… me opongo a la creencia de que no hay nada que un hombre o una mujer puedan hacer contra la enorme variedad de males del mundo, contra la miseria y la ignorancia, la injusticia y la violencia. [...] Cada vez que un hombre defiende un ideal, actúa para mejorar la suerte de otros, o lucha contra una injusticia, transmite una onda diminuta de esperanza. Esas ondas se cruzan con otras desde un millón de centros de energía distintos y se atreven a crear una corriente que puede derribar los muros más poderosos de la opresión y la intransigencia. Sólo aquellos que se atreven a arriesgar mucho pueden lograr mucho. Vivimos en un mundo revolucionario y, por lo tanto, como he dicho en América Latina, Asia, Europa y Estados Unidos, son los jóvenes quienes deben tomar la iniciativa." Así que nuestro reto es grande, nuestro designio es no tener miedo y tener la disposición de estar donde la historia nos ha pedido que entremos a marcar la diferencia.

Muchas gracias.