18 de septiembre de 2014

Momentos en la vida

Lo simpático de vivir, dicen, es aprender cada día algo nuevo. Dicen que lo único que es cierto durante la vida, es el cambio, la muerte y los impuestos. Dicen que uno nunca puede llegar a tener plenitud en todos los ápices que conforman nuestra existencia.

Creo que es raro cuando luego de tener una vida sumamente ocupada, a la que le dedicaste mucho tiempo, casi una década de la vida y de pronto te das cuenta de que no era lo primordial, que aprendiste, pero que dejaste de lado lo que realmente valía la pena. De un momento a otro toca enfrentarse a uno mismo, darse cuenta de que has hecho el bien, que has dejado una huella para que el mundo sea un mejor lugar, de que te has equivocado y que usualmente se te recuerda más por esos errores que por las virtudes, te das cuenta de que por más que has tratado bien al mundo, el mundo no necesariamente te va a tratar igual. Que al dejar de tener una posición muchos conocidos desaparecen y solo quedan los amigos de verdad, lo que adoptaste y te adoptaron como su familia.

Te llega el momento de preguntarte si el sueño que construías vale la pena. Te llegas a dar cuenta de que estabas más solo de lo que creías. Te das cuenta de que la vida pasa en un instante. Te das cuenta de que te juzgan sin saber. Te das cuenta que usan tu nombre para destrozar lo poco que has hecho, por pura  mezquindad. Te das cuenta de que gente que apreciabas y en que confiaste eran simplemente robadores de energía. Te das cuenta de que no eras parte de un equipo. Te das cuenta de que desperdiciaste muchas oportunidades. Te das cuenta de que no sabes cual es el camino.

Luego, te das cuenta de que algún día el sol reaparece. Que en un chispazo alguien te da la oportunidad de conocerte, ya no por lo que dicen sino por lo que haces. Eso te devuelve la esperanza.

Definitivamente vivir es una montaña rusa, en que lo único que queda es disfrutar el viaje, porque no sabes cuando acaba....