25 de marzo de 2009

El Ciudadano Presidente

Publicado en La Prensa Libre, Miércoles 25 de Marzo 2009.


El ciudadano presidente

Jorge Rodríguez Vives

Uno de los momentos más importantes de cualquier país, radica en la elección de un ciudadano que se presenta ante todos sus conciudadanos con un proyecto político, económico y social, y así se convierte en el ciudadano presidente de su Nación. Es un momento trascendental ya que con sus ideas, su carisma y visión de mundo liderarán a la comunidad hacia mejor puerto, como el capitán que guía su navío contra tormentas, vientos adversos y lluvias granizadas.

Costa Rica no ha sido la excepción, desde que en 1948 decidimos hacer respetar la voluntad del pueblo ante quienes amenazaban nuestro sistema democrático y consolidamos para siempre nuestro jardín de paz y respeto a la voluntad de la mayoría.

Desde entonces hemos elegido Presidentes de gran visión, otros no tan buenos, pero en general hombres que han decidido servirle a su país de forma desinteresada, que han decidido ser consecuentes con su rol ante la historia y lo que como sociedad les hemos pedido. La virtud del ciudadano presidente debe presentarse a la población de forma tal, que cuando asuma el rango sepa cuál es su norte y por ende su puerto.

Decía Sir Winston Churchill: “el precio de la grandeza es la responsabilidad”, y qué razón llevaba él cuando decía esas palabras ya que la mejor forma de ser buenos en lo que hacemos es siendo responsables. Realmente en estos tiempos es complicado el encontrar modelos de responsabilidad, pero al estudiar las palabras de Churchill la imagen recurrente que viene a mi cabeza es la del actual ciudadano presidente. Óscar Arias ha sido responsable de poner a Costa Rica en el escenario global, cuando logró la paz de Centroamérica y ahora cuando nos puso de nuevo en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Ha sido responsable de asumir ese rol que la historia le pidió que interpretara. Hoy en día, durante su segundo Gobierno, nuestro ciudadano presidente nos ha dado la posibilidad de ver al país otra vez en marcha, nos ha enseñado que hay que tomar decisiones aunque cueste tomarlas, nos ha demostrado que el camino del servicio no es fácil pero que la Patria lo agradece. Hoy vemos como se construye un nuevo estadio nacional, que dignificará a nuestro pueblo. Somos testigos de cómo nuestros abuelitos reciben un poco más de dinero para poder vivir. Observamos cómo de forma solidaria nos escudamos para enfrentar juntos la crisis. Vemos a nuestros niños aprender música en distintos cantones del país y también veremos la llegada del representante del nuevo Gobierno de los Estados Unidos, siendo el primer destino en América Latina al que llevará su mensaje. Agregó Churchill en algún momento: “el problema de nuestra época consiste en que sus hombres no quieren ser útiles sino importantes”, ojalá que cada día encontremos más hombres útiles y sin miedo para que puedan, al igual que nuestro Presidente, ser consecuentes y le digan sí a los retos de la historia y emprendan así, con seriedad las palabras del juramento constitucional que los hace ser el ciudadano presidente.

9 de marzo de 2009

Relaciones Estados Unidos y América Latina: Retos y Perspectivas Hoy

Relaciones Estados Unidos y América Latina: Retos y Perspectivas Hoy.

Lic. Jorge Rodríguez Vives. Internacionalista.

Las pasadas elecciones en los Estados Unidos marcaron una diferencia para todo el mundo, América Latina no fue la excepción. Existía en ese momento cierta inquietud por lo que podía representar la elección de Obama como Presidente de los Estados Unidos y lo que podía representar para todos los países de la región. Aquella fue una inquietud positiva, por cuanto despertó en analistas y en el público en general, una sensación de cambio para las relaciones hemisféricas entre EUA y la región latinoamericana; fue si se quiere el despertar de un letargo en que se había caído en los últimos años de la Administración Bush.

De manera general todos los países de América Latina, con sus diferencias por supuesto, han manifestado que las relaciones entre la región y los EUA deben cambiar, deben ser abiertas y fundamentadas en una agenda que va más allá del libre comercio, por ende, la tarea que se edifica es el desarrollar relaciones de cooperación. Sin embargo, algo fundamental para poder captar la atención de Obama hacia la región, no depende de los temas en sí, sino más bien de lo que como región queremos y de lo que podemos aportar, en otras palabras, dependen de la visión y alcance de lo que es nuestro rol en el sistema mundial. Debemos ser capaces de producir, articular y desarrollar un cambio como grupo regional.

Nuestras relaciones constituyen sistemas sociales y políticos que nos afectan a todos por igual y el principal desafío que tenemos es la ambición de superar los aspectos particulares en pro de una visión regional y pasar así de enfoques meramente unilaterales hacia el multilateralismo de beneficio regional. Parte del reto es pasar de relaciones dispersas y monotemáticas en pro del enfoque hemisférico y su funcionalidad.

Decía Kennedy que “nunca deberíamos negociar por miedo, pero tampoco temer a negociar” y ese desde nuestra perspectiva, debería ser el punto de partida para mejorar las relaciones entre EUA y América Latina. Ya no podemos tener esquemas cuadrados y esquemáticos, ni temores ideológicos, sino más bien, este es el momento en que solo juntos podremos definir el rumbo de nuestra relación para el futuro cercano, y así definamos el rol de América para el sistema internacional. Debemos negociar temas de seguridad hemisférica, combate al narcotráfico, mercado energético, fomento de las relaciones confiables, migración, protección del medio ambiente y mitigación del cambio climático.

Así los desafíos son muchos, las oportunidades abundantes pero requieren de diálogo, de la productividad y del ejercicio de una adecuada visión global que en América Latina debemos construir. Tenemos que ser capaces de lograr que el futuro de estas relaciones facilite la reactivación de las economías frente a la crisis, el fomento de los principios democráticos y el desarrollo tecnológico. Por ende esta es la oportunidad de reinventar las relaciones entre América Latina y los Estados Unidos, ya que ambos deseamos el cambio.