Hoy 8 de mayo 2012 cumplimos dos años de haber llegado al MEIC y en mi caso de haber asumido la Dirección de Cooperación Internacional. Para muchos posiblemente este sea un día sin importancia, pero para mí ha sido un día de mucha reflexión ya que estamos a la mitad de un camino que nos trazamos y por ende es una oportunidad propicia para ver qué hemos aprendido de éste camino.
Como ustedes, queridos lectores saben, la analogía del camino ha marcado mi vida. Siempre ha tenido un vínculo fuerte por la frase de Machado de "caminante no hay camino se hace camino al andar" ha sido muy útil en varios momentos, pero nunca tan oportuno como para iniciar ésta reflexión. Hace dos años la DCI no existía en el MEIC, y nos ha tocado construir ese camino que hoy con muchas pruebas, desconfianzas y pequeñas victorias hemos emprendido.
Cuando llegamos al MEIC nos encontramos una total desorientación en lo que es la gestión de la cooperación internacional. Hoy con muchísima satisfacción puedo decir que con el trabajo de un equipo (que también tuvimos que ir construyendo) le hemos devuelto la confianza a los cooperantes sobre nuestra capacidad institucional de hacer milagros con los escasos recursos y sobre todo la importancia de tener una adecuada gestión de los recursos y proyectos alineados con las prioridades institucionales.
Nos hemos encontrado mil tropiezos, porque hemos tenido que enfrentar resistencias internas. Cada una de esas las hemos vencido, por la convicción de lograr que las prioridades son eso prioridades y no tareas recargadas. Que cuesta mucho hacer las cosas, pero que si es posible. Hemos tenido que dedicarnos más allá de nuestra hora de salida y trabajar fines de semana, pero le hemos devuelto la esperanza a quienes han creído en nuestra visión de desarrollo en cada una de nuestras tres regiones prioritarias.
Nunca voy a olvidar las primeras reuniones en Limón, cuando comenzamos a trabajar el componente de desarrollo económico local. Nos tuvieron que sacar con resguardo policial. Hoy en día tenemos amigos, con quienes nos podemos sentar a trabajar, a coordinar y a crecer juntos. Gente que ha depositado su confianza en que el "limón que queremos ver" lo construimos juntos, con acciones día a día.
Ni olvidaré la primera gira a la región Brunca, cuando el MEIC era el enemigo público número uno, porque no permitía el avance del Programa Conjunto para el cumplimiento de los ODM. Hoy luego de miles de dificultades de coordinación intra gobierno, tenemos una región que es pionera en organización, al desarrollar el primer Consejo de Competitividad donde participan más de 100 actores locales con una sola visión, el desarrollo de seis cantones del país. Una región que ha sido ejemplo en los índices de las redes de conocimiento y que es el trapo de domingo, no solo por que tiene claro el norte, sino que se ha convertido en caso de estudio de la OEA y de ONUDI.
Una de las responsabilidades más importantes ha sido el regreso del MEIC a la agenda internacional de PYMES y Mejora Regulatoria. Hoy hemos logrado junto a un maravillo equipo de Cancillería, liderado por la Dirección de Política Exterior, que en cada reunión y declaración intergubernamental, nuestros temas estén presentes. Recientemente logramos aprender mucho con la organización de Foro Mesoamericano y la elaboración de la Declaración Ministerial, ya que era la primera vez que nos tocaba liderar un proceso de tanto detalle político pero con un alto contenido técnico, fundamentado en un abordaje innovador para la recuperación económica de nuestros países post crisis, siendo la PYME el centro.
También debo decir que hemos aprendido mucho con las oportunidades que hemos creado a partir del tema emprendedor. Con esto estamos revolucionando el modelo educativo nacional, nuestro aliado el MEP y la OIT. Estamos logrando que los estudiantes de colegios técnicos reciban una buena formación empresarial para romper el esquema de dependencia y se atrevan a ir detrás de sus sueños empresariales, ser dueños de su destino económico. Esto sin lugar a dudas es una de las mayores satisfacciones que me llevaré en la memoria.
Algo que también me ha marcado ha sido la oportunidad que nos ha dado la vida, para darle cabida a jóvenes talentos en la DCI. Hemos sido una dirección que con el equipo humano más pequeño ha contado con el aporte invaluable de jóvenes que como pasantes, nos han regalado su tiempo para apoyar la gestión pero sobre todo han creído en nosotros para aprender y sobre todo devolverle algo a su país, jóvenes que se han atrevido a ser parte del cambio y ser parte de la solución. Gracias a todos.
Ha sido vital para mí personalmente, el desarrollar la capacidad de escuchar, de tomar las cosas con más calma, pero nunca renunciar a las convicciones con que iniciamos ésta aventura, fortalecer la democracia económica del país por medio de una agenda internacional efectiva. Nos hemos equivocado también y de ahí hemos sacado grandes aprendizajes, aprendimos a documentar los acuerdos, por más confianza que tengamos con nuestros interlocutores, aprendimos que hay momentos en que la voluntad es lo más importante para poder coincidir y avanzar.
Todo lo que hemos logrado hasta el día de hoy, se debe a la confianza que han depositado en nosotros Mayi y Luis. Infinitas gracias por creer en lo que hacemos, en nuestra capacidad y sobre todo por dar ánimo en los momentos más difíciles, cuando incluso hemos estado cerca de perder la esperanza. Además del apoyo que hemos tenido de Marvin y los colegas directores.
Y definitivamente debo agradecer a mi equipo, al que ha tenido que soportar mis etapas de enojo, desilusión, rabia y felicidad. Poco a poco hemos ido consolidando el equipo, poco a poco nos hemos tenido que sentar a construir. No me puedo sentir más orgulloso de la dedicación y el empeño con que han asumido las tareas. Gracias Julián, Yira, Laura, Luis H, José D.
Son muchos los retos que tenemos hacia adelante, nos queda mucho camino por recorrer, pero también mucha energía para concretar nuestros sueños. Nuestro compromiso es con la Costa Rica del bicentenario y nunca dejar de soñar. Este es nuestro tiempo, y no podemos desaprovecharlo.
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